jueves, 15 de julio de 2010

Destino

Soy el enamoradizo Tony. Me presento ante todos así, porque estoy harto de mentirles. Soy más enamoradizo que un niño jugando botella borracha y he sido así desde que tengo uso de razón. Lo mío no pasaba por un simple gusto, ni por falta de cariño, yo de verdad me enamoraba al ritmo en que aparecen y desaparecen las estrellas en el firmamento.

No me daba cuenta, no me di cuenta ni en el momento en que me lo dijeron cara a cara, por tratar de hacerme cambiar. Es que a nadie le gusta que le digan sus verdades, a nadie le gusta pensarlas ni digerirlas. Recuerdo que en quinto año una vez se dirijieron a mí, pensando que no escuchaba, de la siguiente forma: "...ese on quiere con todas". Yo sabía que era verdad, eso me llenaba de confianza, porque justo en ese tiempo desarrollaba mis más mortales armas de seducción y encantamiento.

Pasó lo que tenía que pasar, un día me rompieron el corazón, la excusa perfecta. Desde ese momento decidí cambiar, darle la razón a mi naturaleza y dejarme llevar. Puedo decir que en esos dos años, aprendí más del mundo que en toda mi vida. El punto es que me atraganté de tanta mierda. Consumí tantas cosas en tan poco tiempo, que terminé sacando lo peor de mí hacia todos. Mi facilidad de enamoramiento me ayudaba a manejar la culpa. Me explico: hacía, me enamoraba, deshacía, todos estaban mal menos yo y hacía de nuevo.

Pero siempre he sido un hombre con suerte. Lo fuí cuando me designaron a la madre más abnegada que hay; cuando despertaba de una borrachera y había llegado a mi casa, quién sabe cómo; cuando de entre todas, la primera chica de la que me enamoré, fue y es la más inocente de todas; cuando cambié tanto, sin que me sacaran en cara nada. Y lo soy hoy más que nunca, porque una vez más viene alguien a salvarme.

Me encuentras en mi peor momento. Cuando mi vida está destrozada, lista para formar un rompecabezas interminable. Aún así quieres salvarla, te metes al agujero conmigo, me prometes que saldremos juntos de allí, yo te creo. Te digo que no será fácil, que esta vez, a diferencia de otras, no tengo una base de la que apoyarme. Me dices que no importa, que la construiremos juntos. Te quiero besar, me dejas. Es una sensación extraña, pero la puedo ubicar en el contexto de mi vida. La reconozco, pertenece al pasado, al momento en que mi alma no estaba contaminada, será que me haz limpiado, será que de verdad toda esa etapa ha terminado.

No lo sé mía, creo que tu tampoco. Pero lucharemos, tu contra todas esas cosas que haz vivido y te han dejado huella, yo con mi facilidad de enamoramiento, porque por primera vez reconozco que está mal. Pienso que no podía haber mejor comienzo que este, aceptándonos tal cual somos y decidiendo cambiar juntos. Yo cambiaré por ti, para no cometer los errores del pasado, para que te enamores de un chico que te valore, que te merezca. Gracias por llegar a mi vida, por animarte a construir una nueva historia, quién sabe y todas esas cosas que hoy te hacen dudar sean como te lo dije, destino.

Pdt. Nunca fuí más sincero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario