miércoles, 23 de febrero de 2011

Fúmame


Medicina favorita

cocaína del alma

labial sin punta fina

doctora ensangrentada.


Hoy ya no te consumas

intentando despertarme.

Hoy devórame hasta las uñas

y desde mi boca desármame.


Prendele fuego a mis pies

e inhala toda mi sangre

y en una cuenta hasta diez

que arda toda mi carne.


Chupa hasta mi rodilla

continúa con el escroto

y deja como colilla

mi pobre corazón roto.



Comunicado


No esta bien abandonar a las cosas. Mucho peor es luego de abandonarlas, retomarlas como si nada hubiera pasado, como si el tiempo hubiera estado congelado. No esta bien pero apelo a su humanidad de lectores para pedirles de todo corazón que me perdonen.

...

Son tiempos feroces los que nos bordean. Requieren mucha obra, mucha preparación y pocos razonamientos ¡Qué importa si no estás de acuerdo! ¡Qué importan las mariposas en el estómago! ¡Qué importa el porqué de las cosas! ¡Qué importa el corazón, el alma, el ello y todas esas vanalidades! Si te detienes a pensar pierdes, así funciona este mundo.

Quizé cambiar ese orden. Hize un plantón en mi casa, me atrincheré en el conocimiento y ahí permanecí por muchos meses. Embriagándome de todo, bebiendo hasta lo prohibido, fornicando con el pensamiento y gozando de mi conquista. Pensé que funcionaría, que ir contra el río me ayudaría a entenderlo. Me equivoqué. Tropezé muy feo con la realidad. No puede haber un payaso en un edificio, a pesar que en su cerebro se lleven a cabo procesos diez veces mas complejos que los cálculos númericos, como lo son los que hacen reír a la gente.

Por eso abandoné el blog, por terco, por obstinado. Por tratar de entender el mundo antes de caminar sobre él. Lógicamente no pude entenderlo, me faltó tiempo. Dejé de avanzar, de escribir, de priorizar, de construir y todo por intentar comprender el cosmos. Ahora sé que ni usando toda mi vida podría entenderlo. Es hora de retroceder para luego avanzar pero esta vez sobre hechos fácticos, sobre realidades. Hora de elegir una carrera y morir con ella. Aunque no me guste ninguna, aunque mis gustos sean literarios pero mis habilidades las de un ingeniero (en mala hora tomé el test vocacional).

Es hora de continuar con el blog por un único motivo: Dentro de mi exhilio, a veces me ponía a evaluar lo aprendido. ¿Y qué había aprendido? Nada. Sabía algo de muchas cosas pero no sabía mucho de nada. ¿Qué le había dado al mundo a mis diechiocho años de vida? Nada. Excepto esto, excepto sesenta post sobre mi vida. Sesenta ensayos que puede que a nadie le importen pero que están ahí, existiendo, luchando por ser vistos, jodiendo. Sesenta escritos que prueban mi existencia y que quiero que sean más. Quiero mostrar mi existencia al mundo y como estoy ansioso y no puedo esperar los cinco años que dura terminar una carrera, continuaré haciendo desde aquí.

Pdt1. Gracias por no abandonar a la mochila.
Pdt2. Mi hermana nació en diciembre, se llama Karin Ducely y tiene una voz tan potente como la de Bartola, da miedo.
Pdt3. Yo confío en PPK.