domingo, 5 de septiembre de 2010

Feliz, feliz



Recibi un mensaje de la L. Es el segundo que me contesta después de casi dos años, no sé si ya me haya perdonado pero saber de ella me hace estar más tranquilo. De entre sus opiniones sobre algunos temas que le propuse, hubo una idea que me dejó colgado. Versaba sobre la felicidad de la que tantas veces le hablé. Me encaprichaba en que no la tenía pero que la buscaría por siempre, haciéndola mi única esperanza para seguir. Ella nunca me dió su punto de vista pero esta vez fue diferente, me dijo que la iba a encontrar en el camino mas no en la meta.

Tiene razón pero creo que yo también la tengo. ¿Al fin y al cabo se trata de ser felices no? Todo lo que hacemos, desde los instantes mas fugaces hasta la paz eterna, todo es por encontrar la felicidad. El bueno la encuentra en hacer feliz al resto, el malo en su felicidad a consta de otros. El bueno por querer ser más feliz, pasa a ser malo; el malo al compartir su dicha con alguien, se vuelve bueno. Nosotros, los mas humanos, los que tenemos las dos caras siempre al acecho, buscamos también la felicidad aunque de una manera más primitiva, como jugando a quien llega primero, si el bien o el mal.

Hasta la naturaleza disfrazó su único fin de reproducirse en algo parecido a la felicidad: el orgasmo. Es curioso como hacemos tanto, como invertimos y hasta apostamos todo por unos segunditos de feliz placer, que por cierto, bien valen su precio.

Entonces tiene razón la L porque cada momento cuenta. Cada oportunidad de sentir el "respirar de Dios" (guillero giacosa) la debería aprovechar al máximo, porque si me enfrazco en la tonta misión de ser feliz, no lo sería nunca. No hay felicidad perfecta, siempre estará rodeada de imperfecciones para no estancarnos, para seguir queriendo ser felices, para no perder esa chispa que nos separa de los dioses, porque para nosotros esa felicidad puede ser la última y para ellos no.

Sin embargo, no dejaré de pensar que yo también la tengo. Porque aunque la felicidad que yo busco sea como la esperanza de encontrar agua en el desierto, a veces eso es lo único que alimenta las ganas de volver a ver el mar. Soy un idealista, un caballero medieval, un creyente en el Olimpo y en el todopoderoso Inti Raymi. Como tal, estoy convencido de que vine aquí por algo o en busca de algo, y cuando lo encuentre seré feliz, esa felicidad será la prueba de que cumplí mi objetivo y por eso no puedo renunciar a mis ideales.

Ambos tenemos razón o quizás para ti, tu la tengas y yo no. Es curioso, ahora me doy cuenta de que siempre fuimos así, como lo dulce y lo salado, como lo natural y lo envasado, como lo frito y lo sancochado -mistura 2010,¡NO VAYAN!-. Pero creo que por esa misma razón, me enamoré de ti. Gracias L, por ese mensaje, que me salvó la vida de nuevo.

Pdt1. Una buena y una mala. La buena es que la proto-novela ya tiene nombre, se llamará Los límites del amor . La mala: Ya no habrán más capítulos por un tiempo. No puedo seguir escribiendola sin alejar primero todo lo que me ate a ella, para ser imparcial. Espero me entiendan y no se preocupen, que pronto regresará Toñito recargado.

Pdt2. Gracias a ti también Mía, por toda la paciencia.

Pdt3. Si me preguntan si soy feliz, la respuesta es por momentos.

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