sábado, 18 de septiembre de 2010

La primera tontería

Cuando creía conocer todas las respuestas, todas las alternativas y todas sus consecuencias. Cuando más temía volverme un ogro, cansado del mundo y de sus mismas vueltas de siempre, descubrí maravillosamente que sigo siendo el mismo ignorante de toda la vida.

Soy un ignorante feliz, desbordo alegría por los poros y la melancolía que yacía encerrada en mi pecho, se torna maravillosamente de colores. A mi cuerpo le resulta extraño este sentimiento pero creo que lo extrañaba. Es que hay una gran diferencia en las maneras de enamorarse: enamorarse por enamorarse y enamorarse bien, con todas las de la ley.

Todo comienza con un par de felices coincidencias, reaccionas extraño, te miran raro. Piensas en porqué reaccionas de la forma en que ya nunca pensaste que lo harías. Captas la indirecta del destino, te la quieres jugar y no puedes, hay una pared invisible que te contiene. Los sentimientos, dentro de estos límites, se pulen, se llenan de color, te preparan para lo que vendrá. Qué sería del amor sin esos límites, se expandería incontrolablemente, no tendría forma, quizás colapsaría. Por eso y a pesar de querer con todas tus fuerzas dar el siguiente paso, te frenas. Luego te das cuenta de que por primera vez, sientes que eres muy poca cosa, que no eres lo suficientemente perfecto para ella. La idealizas.

Una búrbuja se forma alrededor suyo, le oculta los defectos -que dudo alguna vez haya tenido- y la hace verse como la chica perfecta. Que sería de nosotros sin ese mecanismo de la naturaleza para contenternos. El amor te pone estúpído y en ese estado no quiero ni pensar en las tonterías que haríamos, sino fuera por el respeto que le tenemos por considerarla mejor persona de lo que jamás llegaríamos a ser. Se forma el "sí pero no", el sí quiero verla pero ¿y si ella no?, el me muero por demostrarle lo que siento pero ¿y si a ella no le gusta?

Cuando vuelves a tomar conciencia de ti mismo ya estas cagado, ya perdiste, te templaste y feo. No puedes hacer nada, sólo coger desesperado los trozitos de ilusión que aparecen de ves en cuando por tu vida y hacerlos tu esperanza para seguir. Sin embargo, nada de eso de importa, tú eres feliz con sus detalles o con su desprecio, cuando te mira o cuando finge no hacerlo.

Quién lo diría, tú el de la simpatía y el carisma, tú el de los guiños y las palabras coquetas -mami, linda, niña, demás diminutivos-, tú el que creías en el intercambio de pareja, tú que siempre tenías una amiga para esos días solitarios, tú el que no conoce lo que es un fin de semana en casa. Tú, no haz salido a ningún lado hoy sábado y no sabes el porqué. Pues yo te lo digo: Porque estás enamorado y este post es la primera tontería que haces.

Pdt1. La segunda tontería es haberlo publicado.
Pdt2. La tercera es llamarle a esto que es tan bonito tontería.

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