jueves, 3 de junio de 2010

El niño que te buscaba


¿Querías saber la verdad? Aquí la tienes...

Llegaba a mi casa y pensaba, que el destino es una mafia
el padrino está en los cielos y servimos su ordenanza
servimos nuestros corazones en platos de papel crepé
para que se vaya tornando rojo, rojo con sed de venganza!
Me odian los de arriba porque en su tierra legendaria
hasta en ella, la buscaba.

Ya en mi cuarto y con mas calma, a la ventana me azomaba
soñaba con el tiempo, recordaba, aquella pieza mal jugada
aquel bochorno del destino en que por error te besé
hacía de mi un héroe, esos que con trampa hicieron fama
así es como en mi mente, lo malo se tornó bueno, esa mente acongojada
recordando te buscaba.

Divisaba entre la gente, una niña con mochila: la vecina
tan bonita como una luna, despeinada como jungla.
La ironía del destino es tan cruel que me enamoré
de quien no me debí enamorar, pues una enamorada
es a quien gritas y cantas, a quien lloras y extrañas
y a ella sólo la buscaba.

Quizas por conveniencia, quizás porque encajaban nuestras piezas
así es cuando de la nada un sol se muestra, te incineras
eso hize con ella o eso hizo conmigo, me quemé
con sus llamas azuladas, esas con formas de arcoiris y cascadas
que te enredan, te consumen y a la razón dejan callada
esos son celos, ellos te buscaban.

Una relación no existe cuando dos seres se aman,
existe cuando hasta en mundos distintos, los une la confianza
puedes creer que allí lo tienes: llegó el amor que esperé!
Pero esperada también es la muerte y quién la quiere en su casa,
por eso es que el caballero venganza, monta traición y cabalga
por una excusa, que buscaba.

Una prueba quería encontrar, o un intento en su aventura
que le sirva para hacer guerra y llamarse la inteligencia
para mi mala suerte fue hallada, aunque nunca lo comenté,
por miedo a dañar mi orgullo, mi puto orgullo nos daña!
Y aunque con motivo lo hace, él aún así te extraña
aun así te buscaba.

Pero cuánto puede durar un amor, que en la cama se engaña
lo mismo que dura un cielo de invierno, en oscurecer la mañana
lo mismo que duró todo el sacrificio que nunca más haré,
porque al fin están muertas todas las cosas y de nada,
valió que vivieran los sentimientos, los que en ti reflejaba,
incluso el que te buscaba.

¿Por qué no te quiero? cómo es que del amor al odio se pasa,
ahora expío tu nombre, antes desde mi ventana te espiaba.
Pero en los reflejos de aquellos ríos infernales te veré
pues por ti, soy Caronte y mis celos son mi balsa
el río es de sangre, con cada beso, con cada mordida lo formabas!
y hasta allí, sólo te buscaba.

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