martes, 4 de mayo de 2010

Cangrejos Lunares


Tengo que admitir que muchas veces no me he sentido conforme con lo que el horóscopo me concedió al nacer. Si hubiera un signo elegido por sobre el resto, tengo la seguridad de que no sería el de cancer. Pero siempre me he creído alguien importante y en mi búsqueda de razones para serlo, me parece haber encontrado al culpable de que sea un segundón zodiacal: La carismática luna.
La luna brillante que nos ilumina en las noches, el satélite caprichoso que nunca nos muestra su otra cara, el sol para los amantes de lo nocturno, eres tu pues la causa de mis desgracias. Los nacidos bajo el signo agua de cancer te tenemos como nuestro ente regente y estamos sometidos a tu voluntad (no tenemos un planeta, como otros suertudos, para que siempre este allí haciendonos personas "centradas"). Cuando estas entera y brillante, nos sentimos capaces de todo y en el ápice de nuestra pasión; cuando deshojas partes tuyas para formar figuras sexuales, somos una aguja de reloj en un vaivén entre lo bueno y lo malo; cuando quieres desaparecer nos sumerjimos en la tristeza que vino con nosotros a este mundo; y cuando te ausentas, regresamos a nuestro hogar, como el cangrejo que busca refugio del oleaje, y al que fielmente representamos. Y mas allá de metáforas, efectivamente somos en un setenta por ciento agua y la luna con su fuerza de atracción maneja los líquidos sobre la tierra, entre ellos nuestra sangre y la hormona adrenalina.
Tu nos haces navegar en el mundo de posibilidades que es el potencial humano. Nos invitas a tu cena con la consigna de envenenarnos, pero a sabiendas que debajo de esa mesa, se esconde una copia de nosotros, con el doble de fuerza y esperando para salir, a la siguiente luna llena.

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