lunes, 19 de abril de 2010

La de la mochila azul

De mi precoz infancia, no me queda mucho. A parte de lo aprendido, mis mayores tesoros de esos años son una manta amarilla, un oso de felpa, un álbum de fotos, un amor para toda la vida y la canción que se titula igual que mi primera entrada.
La escuché por primera vez en una fiesta infantil, ya que por ese entonces estaba de moda en aquellas celebraciones. No le tomé mucha importancia al principio, pero cuando obtuve mi uso de razón ya se habia pegado a mis labios mas que el lápiz labial del espantoso payaso.
Bastó que mi primer amor llevara ese marino color en su espalda para que se convierta en mi canción favorita. Alcanzó con que tuviera un casset con ella, para subirme a una silla y rebobinar miles de veces sus frases en el equipo.
Gracias mami por llevarme a esa fiesta, y gracias M por permitirme enamorme de ti con esta canción.


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